jueves, 30 de agosto de 2007

a las diez, en el mismo lugar de siempre

Habían pasado la tarde haciendo objeciones acerca del tiempo y obviando lo incuestionable.
Debatiendo sobre aburridas contradicciones sin llegar a ninguna conclusión.
Charlando acerca de antiguas amistades y futuras expectativas, acerca de planes, propósitos, objetivos aún por cumplir.
Habían rememorado encuentros como aquel, mucho tiempo atrás, cuando todavía todo era diferente, pero al mismo tiempo todo era igual.
Comentarios acerca de las oportunidades desaprovechadas; de lo cual no se arrepentían en absoluto.
Risas, y más risas.
Complicidad y desahogo, críticas oportunas, pero sin ninguna mala intención.
Se hacía tarde, así que decidieron volver a casa.

miércoles, 29 de agosto de 2007

Querido amargo pasado:

¿Como te encuentras? Me preguntaba si te irá tan bien como afirmabas que te iría a partir del día en que nos despedimos, quizás incluso mejor de lo que esperabas, no es así?
No he recibido noticia tuya alguna, y el alivio y la preocupación que siento por ello logran confundirme, solo a veces.
Tras varias improcedentes cavilaciones, he llegado a la conclusión de que ahora, lejos el uno del otro evitamos caer en los agrietados socavones erosionados tiempo atrás a base de miedo… y odio.
No te guardo rencor, no pienso en ti mas de lo que lo hacia antes, no quiero volver a verte, pero tampoco quiero pensar, que puede pasar el tiempo, tanto, que no te reconozca cuando nos crucemos, camino de algún lugar al que no se si llegare, o solo soñare con alcanzar.
La ultima vez que hablamos, por motivos que desearía, no hubiesen ocurrido, supe que sería la última. Ni te lo agradezco ni me apena demasiado pensarlo, debido al curso de los últimos acontecimientos ambos sabíamos que algún día acabaría sucediendo.
Ahora, un vacío, algo que nunca nada podrá colmar de nuevo, una cicatriz que desearía no poseer, se lamenta, abatida por no lograr pasar pagina, sabiendo que quizás en mucho tiempo, siga teniendo esas indescriptibles ganas de acabar contigo.

No te odio tanto como crees, en absoluto, es más, te añoro.