jueves, 21 de agosto de 2008

Sweet teddy bear

Era el más envidiado entre sus compañeros, siempre había alguna mirada recelosa persiguiéndolo durante sus tardes en silencio.
Impasible, no movía un pelo mientras le observaban, no le gustaba llamar la atención aunque sin ser su principal intención, es lo que lograba.
Estaba hecho de un blanco luminoso y un negro radiante.
Desnudo, sentado, cansado, sereno, portaba alrededor de su frente una cinta verde y roja que solía utilizar como corbata en sus batallas, tiempo atrás.
Muchos años había permanecido olvidado en su rincón, ahora era imposible pasar a su lado sin detenerse y sonreirle;
sin darte cuenta.
Los demás le odiaban, aunque no podían evitar sentirse de alguna extraña manera atraidos por su presencia.
Se limitaba a mirar al frente, esperando su momento. "Algún día" (pensaba en voz baja).

Todos querían ocupar su lugar, pues era él quien la acompañaba en las noches interminables, susurrándole al oído nanas, y cuentos de piratas y casitas encantadas que invadían sus sueños, mientras ella le rodeaba entre sus brazos y finjía no escucharle.

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